DEBATES

El lunes pasado, el candidato a la vicepresidencia por el Partido Colorado, Hugo de León, en una entrevista publicada en Últimas Noticias, dijo que está a favor “del control de la natalidad” en respuesta a la pregunta de si está de acuerdo con la despenalización del aborto. El ex futbolista agregó que no se puede “seguir con un crecimiento sostenido de gente que no puede sustentar a sus hijos”. En su reflexión concluyó: “Primero los hacemos alejar de la sociedad y después no los controlamos y tienen hijos indiscriminadamente sin poder darles un mínimo de educación ni de alimentación. Esa problemática repercute y termina en lo que es la inseguridad”.

¿Qué opina sobre los argumentos de Hugo de León?

3 comentarios Add your own

  • 1. Marina  |  14 agosto 2009 a las 2:08

    Me tente a comentar lo planteado, pensé y escribí algunas líneas respecto a la sin razón, al nivel de los representantes de nuestro sistema político, al exterminio, la discriminación, lo absurdo y el fascismo. Todos estos, conceptos muy sencillos para quienes aun pretendemos en Uruguay una sociedad mas justa, más igualitaria y democrática. Luego Kant me ilumino y borre todo: “Nunca discutas con un idiota. La gente podría no notar la diferencia” …

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  • 2. rafa  |  16 agosto 2009 a las 0:47

    Ya se sabe que ningún discurso electoral faltará a la cita con la tan renombrada «seguridad». Ninguno. El caso De León que se reproduce tiene la particularidad de ensayar, sin aparentes tensiones éticas, una propuesta más radical que todas las escuchadas hasta ahora. Es algo así como la identificación de «vientres peligrosos», potenciales procreadores de futuros agentes de la desventura ciudadana. Me parece que la palabra clave de este planteo es control; control de la inseguridad interviniendo en sus sospechadas fuentes humanas: la madre que los pariría si no se la controla. Pedro Bordaberry se encargó rápidamente de aclarar que el planteo de su «vice» nada tiene que ver con la legalización y regulación del aborto para que la gente ejerza dignamente el derecho a tener hijos cuando quiera y pueda. No hacía falta. Y aunque esta vez no tienen chance de gobernar, el discurso de la ferocidad bienintencionada va «controlando» cada vez más la capacidad colectiva de imaginar soluciones solidarias. Ese legado no se mide solo en votos, sino en la creciente dificultad de los otros actores políticos para diferenciarse de la matriz antidemocrática y excluyente que proponen estos discursos. Es el efecto Le Pen.

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  • 3. cecilia  |  25 agosto 2009 a las 13:25

    Sartre decía que los otros son nuestro infierno. Cuando escucho a personas con la postura de De León creo que tiene razón.

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